POR VIRGINIA THEDY
En nuestra época hay una exigencia de lo nuevo en tanto “puro nuevo”; que rivaliza mortíferamente con lo obsoleto. El cuerpo no escapa a este imperativo de la época, como lo señala Eric Laurent “Hoy lo que tenemos en común no es el lazo social, ni el lazo político, ni el religioso, sino nuestro cuerpo, nuestra biología. Hemos transformado el cuerpo humano en un nuevo dios”(1)
Lacan señala en La tercera: “El cuerpo se introduce en la economía del goce por la imagen del cuerpo. La relación del hombre con su cuerpo, si algo subraya muy bien que es imaginaria es el alcance que tiene en ella la imagen” (2) Lacan en el Seminario XXIII nos dirá que” la adoración es la única relación que el parlêtre tiene con su cuerpo”. (3)
En la actualidad la adoración del cuerpo es moneda corriente. Partes del cuerpo de mujeres como de hombres son exaltados en el mundo mediático. Cuerpos esbeltos, musculosos, sin imperfecciones, todo apunta a hacer creer “soy el cuerpo que tengo”. La moda y la cosmética marcan el modelo de cómo ser, transformando a hombres y mujeres en modelos estandarizados, desanudados de cualquier valor singular que permita nombrar el propio estilo. La tiranía de la imagen que llega hasta el punto del uso de los químicos como los esteroides anabólicos que algunos hombres y mujeres consumen, para dar volumen a la musculatura. Productos de la tecno ciencia que son una de las formas del objeto a, el plus de gozar, que comanda la corporización contemporánea en la época del Otro que no existe. (4) Época de invenciones sobre qué hacer con el cuerpo, percing, sustancias químicas, los cuerpos aumentan o disminuyen de volumen, mediante prótesis o lipoaspiraciones, de acuerdo a los modelos estéticos que impone la época. Las demandas no tienen límite, a veces hasta poner en riesgo las propias vidas. Elevar el cuerpo al lugar del nuevo dios es la exaltación del predominio de la imagen del yo sin la regulación del ideal del yo, al punto que es posible preguntarse si esta búsqueda de perfección en el cuerpo puede llevar hasta el delirio de identidad.
Es pura captura del yo ideal en un delirio imaginario. En el curso Donc J. A. Miller refiere que en la locura se trataría de una creencia que consiste en creer en una identidad de sí sin pasar por el Otro, se trataría de la inmediatez de la identidad. En este delirio de identidad se aloja un goce yoico de la unicidad. Cambiar de cuerpo, de identidad sexual, es el despliegue de una locura fálica del yo que empuja al sujeto a un narcisismo desmedido, que hace creer que no hay límites, ni pérdidas. Es el ascenso al cenit del Yo ideal.
En el Seminario 17 Lacan establece una relación entre el Yo idéntico a sí mismo y el S1 del imperativo puro. (5) La perspectiva que abrirá Lacan hacia su última enseñanza es la de ubicar el goce en el campo de lo real ya no más desde el Otro sino desde el Uno. El goce como tal es del Uno, autista, solitario.
Por lo tanto, podemos articular el goce yoico como goce Uno, en tanto es la aspiración al Uno, a la unicidad de una imagen sin fallas.
¿Hace lazo este nuevo cuerpo con el Otro? A partir de la clínica de sujetos femeninos tomaré dos posiciones diferentes, para responder a esta pregunta. Una joven mujer, muy contenta, formula en una sesión que ha decidido “hacerse nueva”, “me voy hacer las tetas” colocándose prótesis en sus senos, pero ella se define como “intocable”, entonces cambia su cuerpo pero no para que la toquen sino para permanecer por amor al padre, intocable. En el análisis surge un significante que la une al padre “caprichosa”, por lo tanto lejos de ser un deseo, se sitúa que es un capricho. Este significante comienza a vaciarse y caer, es lo que permite que vaya al encuentro de un hombre. Ceder ser el objeto caprichoso de su padre permite tocar el cuerpo para ir al encuentro del Deseo del otro. Intocable nombre de su goce Uno.
La histérica rechaza ser el síntoma de otro cuerpo, del cuerpo de un hombre, es decir, aquello de lo que él goza. Es el rechazo de lo femenino. El exceso al recurso de la cirugía implica una intervención en lo real del cuerpo, que en muchas mujeres puede llevar a un sin límites de repetidas intervenciones, cuya función es borrar la falta.
Diferente, es el caso de otra analizante que hace uso de la ciencia desde la perspectiva del semblante anudado a la falta, es decir, detrás de los adornos y los velos no hay nada, apuntan al no tener. La mujer que sabe hacer con su falta no se encandila con el uso desmesurado de la ciencia cosmética, logra con ella un retoque que invite al deseo y no al espanto del rechazo de un cuerpo congelado en una imagen desvitalizada y borrada de rasgos, gestos que la singularizan. Es otro modo de situarse respecto a la feminidad que tiene que ver con la ausencia, allí donde no está la localización del falo, es hacer uso de la improvisación frente a la finitud del cuerpo.
Entonces, retomando el imperativo de unicidad, ¿cómo responde el analista? Lacan en el Seminario Los cuatro conceptos, dice. “No basta con que el analista sirva de soporte a la función de Tiresias, también es preciso que tenga tetas”. (6)
Entiendo que Lacan está planteando que el analista ocupe el lugar de agente del discurso del analista, como semblante de objeto a. Tener tetas sería entonces, hacerse soporte de la función de semblante de objeto ‘a’. Para esto es necesario que el analista preste su cuerpo, ofrezca su presencia con la mirada, la voz, el tono, los gestos para perturbar a esos sujetos captados en la idealidad del cuerpo.
Bibliografía:
(1)Entrevista a Eric Laurent Diario La Nación – 8 de julio 2008
(2)Jacques Lacan: La Tercera en Intervenciones y Textos 2 – pág. 98
(3) Jacques Laca n. Seminario El Sinthome – pág. 64
(4)Curso El Otro que no existe y sus comités de ética – cap. XVI
(5)Jacques Lacan: Seminario El reverso del psicoanálisis – pág. 66
(6)Jacques Lacan: Seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis-pág. 278
Jacques Alain Miller:
Curso Donc la lógica de la cura – cap. VII
Curso La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica –
* Virginia Thedy (Miembro EOL Sección Rosario y AM.P) Presentado en las XVI Jornadas Anuales Sección Rosario: Nuevos cuerpos. Nuevas satisfacciones. Respuestas del psicoanálisis el 4 de Octubre de 2014, en la ciudad de Rosario.